Cómo determinar la edad o antigüedad de una alfombra
Poder determinar, aunque sea aproximadamente, la edad de una alfombra es a la vez una tarea tan fascinante como compleja.
Fascinante por saber la época exacta en la que dicha alfombra fue fabricada, información que a la vez es valiosa puesto que es uno de los factores que determina el valor de una pieza.
Pero también compleja puesto que exceptuando el poco frecuente caso en la que la alfombra lleve anudada la fecha en la que fue fabricada, es una labor difícil en la cual nunca hay certezas absolutas, como mucho siempre tendremos una aproximación de cuando esa alfombra fue anudada.
Aun así, existen algunas pistas que nos pueden ayudar a determinar la fecha en la que una alfombra fue tejida:
1.- El año de fabricación tejido en la alfombra.
Este es el único caso en el que con claridad y certeza del cien por cien podemos saber el año exacto en la que una alfombra fue producida. Algunas alfombras llevan el año en que fueron tejidas anudado dentro del cuerpo mismo de la alfombra pudiendo incluso incluir el lugar de producción. Esta fecha puede estar indicada según el calendario gregoriano(Ver ejemplos):
2.- El desgaste sufrido reflejado en el grosor de la alfombra
Una alfombra recién fabricada tiene un determinado grosor que viene dado por las características de cada zona de producción. A medida que van pasando las décadas por el efecto del uso y del roce la alfombra va rebajando su altura, se va desgastando, se va “pelando” hasta llegar a un punto en el que ya no tiene pelo y únicamente podemos ver los nudos, el paso siguiente a esa fase es un agujero en la alfombra.
El cómo determinar la edad de una alfombra según el nivel de desgaste es una tarea no compleja, sino complejísima, puede resultar muy variable según donde haya estado esa alfombra, imagínese la diferencia de desgaste que sufre una alfombra en 10 años, estando en una casa particular donde vive una sola persona, o bien, estando en la recepción de un hotel.
El desgaste también dependerá de la calidad, resistencia y composición del tejido de una alfombra, pero en general a mayor desgaste más edad tiene la alfombra.
3.- El largo de los flecos, y si estos tienen algún tipo de restauración.
Los flecos, al igual que el festón, de una alfombra, es uno de los elementos que más rápidamente sufre el paso del tiempo y antes se deteriora. A medida que el fleco se va desgastando, va quedando cada vez más corto hasta que finalmente nos vemos obligados a restaurar ese fleco. Puesto que el fleco es la continuación de la urdimbre de una alfombra, los hilos verticales que cruzan la alfombra en sentido vertical, si una alfombra se ha quedado sin fleco con el paso del tiempo, una de las maneras de restaurar ese desgaste es “comernos” unas cuantas hileras de nudos, esto es sacar nudos, para “liberar” un par de centímetros de urdimbre y convertir esta urdimbre en fleco, en este caso se ve claramente como en el extremo de la alfombra parte del dibujo ha desaparecido, tiene un fleco cortísimo y un remate hecho con hilo totalmente nuevo “ver imagen”.
Obviamente hay otras maneras de arreglar el fleco, como es sustituyéndolo y colocando uno nuevo, aún así en este caso podemos ver que es una alfombra que tiene años puesto que tiene flecos que se han sustituido.
4.- Variación en el colorido de una alfombra
Una alfombra recién fabricada suele, por lo general, tener colores vivos, nuevos, y brillantes, a medida que van pasando los años someteremos a la alfombra diferentes procesos:
El primero es el uso diario, luego otro factor determinante es el sol directo que recibe, puesto que la luz solar directa se lo “come todo”.
Otro factor que incide en el desgaste del color es el lavado de una alfombra, el lavado nos devuelve la alfombra limpia, pero que a la vez resulta en un proceso violento para alfombra puesto que la desgasta, cuantas más veces se lave y se seque al sol mayor desgaste tendrá en el color.
En resumen, viendo el colorido de una alfombra y sus matices podemos distinguir claramente y con certeza si es nueva o no y en caso de no ser nueva habrá que combinarlo con otras “pistas” para determinar una edad aproximada de la alfombra.
5.- La “historia” de la alfombra
En algunas ocasiones si nos llega una alfombra procedente directamente del propietario, éste conoce y nos puede contar la “historia” de la alfombra:
“Esta alfombra la compró mi abuela justo antes de empezar la primera Guerra Mundial, en una remesa de alfombras recién llegadas de Persia…”
Esto nos indica que fue una alfombra comprada en 1913/1914 y que era, en el momento de comprarla, una alfombra nueva. Este es solo un ejemplo, lo que quiero decir es que muchas veces el propietario nos puede dar pistas claras que nos lleven a determinar, aunque sea aproximadamente la fecha de producción de una alfombra.
6.- Considere las reparaciones
Otro factor que nos puede ayudar a determinar si una alfombra es nueva o no o incluso su antigüedad es el de las reparaciones, aunque este es el factor menos determinante puesto que el paso de los años no implica necesariamente que una alfombra haya tenido reparaciones y que la alfombra sea nueva tampoco implica que esté libre de ellas. pero en general es cierto que a medida que pasan los años una alfombra va sufriendo restauraciones, aunque, insisto, es un factor que poco nos puede ayudar a determinar la fecha de fabricación de una alfombra.
7.- La evolución de los diseños
Cada región o zona de producción tiene su diseño particular, es por ello que nada más ver una alfombra sabemos de donde procede. Ahora bien, los diseños en algunos casos han ido variando con el paso de las décadas, diseños muy comunes con el paso del tiempo han ido desapareciendo, al igual que otros antes no existían ahora pueden ser más frecuentes, en este caso hay que mirar alfombra por alfombra y caso por caso, no se puede generalizar, pero como ejemplo miremos el tipo de alfombra llamada Gabbeh, veamos como eran las antiguas y originales Gabbeh, que hoy prácticamente ya no se producen:
Imagen de Gabbeh originales:
Y cómo son las Gabbeh contemporáneas, años 80 en adelante:
Conclusión:
Como puede comprobar la datación de una alfombra no es una ciencia exacta en la que se pueda ofrecer certezas absolutas, sino más bien se basa en un factor determinante que es la experiencia:
Los años que una persona lleva en el mundo de las alfombras con lo que ello implica: Que por sus manos hayan pasado miles de alfombras y haya visto, comprado, vendido, manipulado, arreglado, restaurado, valorado y tasado un sinfín de alfombras. La interacción con proveedores, tejedores, fabricantes, restauradores, etc… La lectura de libros, artículos y revistas sobre la materia, y finalmente, sin duda lo más placentero las horas de conversación y discusión con otros amantes de este mundo sobre el origen, procedencia o edad de una pieza concreta tomando té persa.