Kilims y alfombras, diferencias
En Oriente, en paralelo al anudado de alfombras, también se han tejido kilims que, aunque en principio, eran únicamente para uso doméstico y considerados de inferior categoría respecto a cualquier alfombra, con el tiempo se han hecho un hueco en el mercado y actualmente tienen gran aceptación entre el público sobre todo en Occidente.
Aunque ambas son piezas elaboradas para un fin común, cubrir el suelo a la vez que decorar nuestro hogar, lugar de trabajo, locales públicos … presentan grandes diferencias entre si, las cuales aclararemos en este artículo.
La principal diferencia entre una alfombra y un kilim es que la alfombra es un tejido con una capa de pelo encima mientras que el kilim es solo un tejido, como una tela gruesa pero nunca con pelo.
Esta diferencia se genera por el desigual proceso de elaboración que tienen ambos elementos. Veamos:
La alfombra se elabora sobre un esqueleto o base formado por hilos verticales (urdimbre) clavados sobre un marco de madera llamado telar y sobre esa urdimbre se van haciendo nudos, generalmente de lana y en ocasiones de seda, una vez acabada una fila de nudos (de izquierda a derecha del telar) se coloca un hilo horizontal llamado trama que recorre, entrando y saliendo, a través de las urdimbres con el propósito de afianzar los nudos e impedir que se muevan.
Una vez pasada la trama volvemos a realizar otra fila de nudos, tras la cual baja nuevamente la trama y así sucesivamente hasta acabar la alfombra.

1 Estructura de una alfombra. Hilos verticales (urdimbre) sobre los cuales hay nudos, que son sostenidos por hilos horizontales (trama).
El nudo se hace según una particular técnica pero, en cierto modo, recuerda al nudo del cordón de un zapato, donde la “bolita” queda vista en el reverso de la alfombra y los “pelitos” son los que quedan en el anverso o parte delantera de la alfombra. Por ello cuando giramos una alfombra vemos miles de bolitas que no son otra cosa sino los nudos realizados sobre la urdimbre.

2 Reverso de una alfombra en la que vemos los miles de nudos en forma de “bolitas”
Entonces… ¿y el kilim? El kilim es, básicamente, el esqueleto de la alfombra pero sin los nudos, el kilim es los hilos verticales (urdimbre) cruzados con los hilos horizontales (trama) pero sin poner nudos y por lo tanto no tiene pelo sino que se trata únicamente de un tejido, como una tela gruesa y áspera. Este hecho es, al mismo tiempo, su principal ventaja y a la vez su principal inconveniente: por un lado pesa poco, es liviana y nos transmite una imagen fresca y ligera pero por otro lado es menos resistente al uso y al paso del tiempo y se ensucia mucho más rápidamente y también se arruga más fácilmente.

3 Hilo de trama, de color amarilllo cruzando los hilos grises de la urdimbre en el tejido de un kilim
Otro aspecto que contribuye a la menor durabilidad de los kilim es que su técnica de elaboración implica que, cada vez que cambiamos el color en el diseño, tenemos que dejar un pequeño agujero sobre el tejido con lo que si miramos un kilim a contraluz veremos que está, literalmente, lleno de pequeños agujeros. Estos agujeros, con el tiempo, se van abriendo y ello hace que el kilim se rompa antes. Esta es la causa por la que hay muy pocos kilims realmente antiguos, de más de cien años.
Para una mayor aclaración he de señalar que en la alfombra las urdimbres y tramas, por ejemplo de algodón (aunque también pueden ser de seda o lana) son siempre del mismo color ya que van a quedar ocultas bajo el pelo de los nudos, sin embargo en el kilim, las tramas (los hilos horizontales) son de diferentes colores a fin de crear un diseño o dibujo.
Es importante también explicar que alfombras y kilims tienen orígenes culturales y geográficos comunes: son tejidos en las mismas zonas y a veces por las mismas poblaciones. Además es interesante señalar que en algunas piezas coexisten ambas técnicas y, de este modo, aparecen piezas con algunas zonas de kilim y otras zonas de alfombra.