¿Dan calor las alfombras en verano?

No, en absoluto, puesto que la lana es un material aislante y no desprende ni acumula frío o calor. De hecho, una de las ventajas de la lana es su capacidad para regular la humedad ambiental, tengamos en cuenta que en verano tenemos calor debido a dos circunstancias, la temperatura y la humedad ambiental que genera un efecto de bochorno y mayor sensación de incomodidad, pues bien, la lana debido a esa capacidad que posee, absorbe la humedad ambiente cuando el aire es demasiado húmedo, devolviéndola nuevamente cuando el aire es seco.

Lo que sucede es que solemos identificar la lana con el frío y, psicológicamente, una habitación con alfombra trasmite una sensación de calor que resulta muy agradable en el invierno pero que en verano nos agobia. Tal como hemos señalado este es un efecto puramente psicológico que, además, se ve reforzado por los recuerdos que solemos tener de cuando éramos pequeños en casa de nuestros padres al ver cómo a finales de primavera se recogían y guardaban todas las alfombras, por lo que nosotros reproducimos dicho patrón.

Recordemos que en lugares del planeta donde hace mucho más calor que en nuestro país, las alfombras jamás se retiran en verano lo cual demuestra, nuevamente, que esta es una actitud cultural muy propia y muy limitada a nuestro entorno.

Finalmente señalar que las alfombras y moquetas sintéticas, elaboradas con tejidos artificiales, básicamente derivados del plástico, sí dan calor.

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